Psiquiatría en la RED y en español: otoño de 1999.
Porras,
S. y Llamas, M.
Miembros de la SPCV (ESPAÑA-UE).
Miembros de la SPCV (ESPAÑA-UE).
Hace unos días leíamos en un diario de tirada nacional que
el gobierno socialista promocionó a los profesores universitarios para que
publicaran en inglés, dándoles unas pequeñas ayudas económicas; éstas son
insignificantes, pero se sigue publicando en inglés por cuestión de prestigio
profesional.
Hasta hace nada, el mayor inconveniente de esta forma de expresarse consistía en que los trabajos de nuestros profesores se conocían en el resto del mundo y se ignoraban en nuestra lengua.
Este problema ha quedado resuelto gracias a Internet: Mario Mendoza, profesor de la Universidad de Cartagena de Indias, tiene publicado, en español, un trabajo titulado Patogenia del síndrome de Hermógenes. Descripcióndel síndrome de Adriano, en una revista electrónica de Medicina Interna de Colombia; nosotros se lo hemos publicado en la Revista Electrónica de la Sociedad de Psiquiatría de la Comunidad Valenciana, en español, y el 4 de diciembre de 1999 se lo publicó en ingles "The Lancet"; es un ejemplo de cómo se van a hacer las cosas en el futuro, que es nuestro presente.
La información se divulgará por cualquier medio y las editoriales se adaptarán a las nuevas formas como ya comentábamos en nuestro artículo "invierno de 1998". Los expertos podrán decir lo que es correcto metodológicamente o no, pero en último extremo será el lector quien decidirá qué va a leer. La información se va a presentar al posible lector por cauces diversos. Se puede abordar el problema desde distintos niveles de intereses:
Hasta hace nada, el mayor inconveniente de esta forma de expresarse consistía en que los trabajos de nuestros profesores se conocían en el resto del mundo y se ignoraban en nuestra lengua.
Este problema ha quedado resuelto gracias a Internet: Mario Mendoza, profesor de la Universidad de Cartagena de Indias, tiene publicado, en español, un trabajo titulado Patogenia del síndrome de Hermógenes. Descripcióndel síndrome de Adriano, en una revista electrónica de Medicina Interna de Colombia; nosotros se lo hemos publicado en la Revista Electrónica de la Sociedad de Psiquiatría de la Comunidad Valenciana, en español, y el 4 de diciembre de 1999 se lo publicó en ingles "The Lancet"; es un ejemplo de cómo se van a hacer las cosas en el futuro, que es nuestro presente.
La información se divulgará por cualquier medio y las editoriales se adaptarán a las nuevas formas como ya comentábamos en nuestro artículo "invierno de 1998". Los expertos podrán decir lo que es correcto metodológicamente o no, pero en último extremo será el lector quien decidirá qué va a leer. La información se va a presentar al posible lector por cauces diversos. Se puede abordar el problema desde distintos niveles de intereses:
- el de los profesionales,
- el de los pacientes y sus allegados,
- el de las editoriales gráficas o electrónicas,
- el de la administración...
La información es cosa de todos y sigue restringida a unos pocos y seguirá
así hasta que no se acceda a ella desde el sofá de nuestros salones y compita
con la información o deformación que se recibe pasivamente de la televisión.
Esta, la radio y el teléfono no suelen faltar en ningún rincón de nuestro
país, cosa que no se podría afirmar de otros lugares del globo con lenguas de
origen ibérico.
Internet no es aún un medio de masas como la radio, el periódico o la televisión, pero aspira a serlo.
Internet no es aún un medio de masas como la radio, el periódico o la televisión, pero aspira a serlo.
En otoño de 1999 el gobierno español divulga las
intenciones de hacer llegar Internet para el 2003, a las escuelas y bibliotecas
rurales del país; esperamos que no olvide que existe la concentración escolar
y son muchos los núcleos rurales sin escuela, ni biblioteca, ni taberna y citamos
a ésta porque en nuestro país en torno a 1960 era el único sitio a donde
llegaba el periódico cuando no había teléfono, pero sí radio afortunadamente
(¿la transmisión de datos futura emulará la tecnología radio? ¡sin duda!),
para los cuarentones y cincuentones de hoy y que proceden de núcleos rurales.
Las cosas se suelen pensar para consumo de masas en ciudades y en términos de
rentabilidad económica. Quizás por esto es importante para los periféricos,
que la televisión integre ya a Internet como ha hecho con el teletexto. La
búsqueda activa de información ha sido el éxito de la enciclopedia en casa.
La información sobre la salud siempre fue exitosa en
cualquier medio de difusión y lo es ya en Internet; lástima que en español y
en psiquiatría sea aún escasa, a pesar de lo cual la población identifica las
patologías, pero no sabe que hacer, ni a donde dirigirse, siendo motivo de
consultas estas cuestiones a través de los correos electrónicos de las
sociedades médicas. En estos días se publica en la prensa que un grupo de
investigadores ingleses detectan si una persona tiene problemas con la anorexia
y la bulimia con cinco preguntas ¿detectar la patología es el problema?, quizás
sí; un grupo de expertos español utiliza una encuesta con menos de 10
preguntas en semanarios nacionales ¿para hacerse una idea de los depresivos que
la contestan entre los lectores que accedan a rellenar el cuestionario en serio
o jugando?, ¿para contactar con la patología que se busca y encaminarla hacia
una asistencia adecuada?. Estos estudios suelen servir para conseguir recursos
encaminados a problemas reales de la población que no se tratan adecuadamente.
Los profesionales con datos en la mano recurren al político para que la
administración derive recursos sanitarios hacia tal o cual problema.
A los profesionales nos gusta revisar temas y cada vez se
recurre más a la red con escasos éxitos de momento y con resultados más que
gratificantes en el futuro que es hoy ya. Estamos perdiendo la timidez,
escribiendo en este medio, cada vez con más descaro y es un fenómeno
imparable. Es lícito que la universalidad del conocimiento se divulgue en
cursos, coloquios etc. y sean rentables para quienes trabajan en ello; ¿se
ocultará la información por quienes participan de esta forma de ganarse la
vida?, sinceramente creemos que no; de momento se han lanzado a Internet para
ofertar sus productos y la docencia in vivo sigue siendo insustituible por la
palabra o la imagen en la red. Cierto que en medicina se compite por dar a
conocer avances y todos quisiéramos llegar los primeros por cuestión de
prestigio, sin embargo es la profesión que menos protege los derechos de autor.
Quien recibe una aprendizaje se prepara de alguna forma para poder divulgar los
conocimientos y sin embargo no se deja de impartir curso tras curso. Solo les
falta perder el miedo a la Red y desde aquí invitamos, una vez más, a que los
profesionales divulguen sensatamente parte de lo que saben muy bien hacer; de
momento los cursos se anuncian en Internet y en el futuro parte, sino toda la
información, estará en la red. Los contenidos de las clase universitarias no
se recogerán en papel y bolígrafo por el estudiante, no tendría sentido; las
clase serán más prácticas y quien no se incorpore a las nuevas tendencias
quizás no acabe jubilándose de profesor porque lo hayan reciclado a otra cosa.
Los pacientes y parientes dan bandazos cuando se ponen a
buscar ayuda y acaban encontrando el lugar y al profesional adecuado unas veces
a la primera y las más a la última. La divulgación de qué hacer, a donde
acudir es una labor que las instituciones se están encargando de hacer con
menor éxito del que proclaman generalmente; los recursos son escasos y los
problemas desbordantes. En las sociedades de enfermos de distinta índole ya se
consigue una información de alto nivel y te puedes quedar sorprendido de los
conocimientos de un paciente sobre su enfermedad, tratamiento, pronóstico,
hábitos higiénicos ,etc. La población recurre a Internet tanto o más que
muchos profesionales y va en aumento la pericia del navegante.
La información ha sido rentabilizada por los grupos
editoriales, que son empresas con ánimo de lucro; lo mismo va a ocurrir con la
información en Internet, con la diferencia, de que cada vez habrá en la red
más información de interés gratuita, porque habrá grupos de empresas
interesadas en que sean así las cosas y los profesionales seguirán, por
prestigio, colgando artículos en la red de forma altruista y sin otro lucro que
el de divulgar su pensamiento o su trabajo. En una sociedad mercantil es
difícil entender esto, pero se comprenderá más fácil si se entiende que el
prestigio genera recursos en cualquier sociedad.
Los derechos de autor, es un tema que retrasará en Medicina
el que los contenidos que conlleven imágenes sean divulgados con presteza, por
ejemplo los atlas de anatomía, las fotos de campos quirúrgicos, histología
etc., van a precisar de grandes dibujantes, a no ser que las editoriales
renuncien a los derechos de copia y eso no parece viable de momento. Sin embargo
con la palabra escrita Cervantes Virtual de la universidad de Alicante está
haciendo una divulgación electrónica de los clásicos españoles, con la ayuda
de instituciones bancarias privadas, que no va a tener precio.
La dispersión de la información será solventada poco a
poco por los tornillos temáticos, empresas, sociedades y fundaciones, quienes
agruparan lotes de información relacionada, evitando al navegante grandes
perdidas de tiempo al facilitar las búsquedas.
En el invierno de 1998 encontramos en español menos de 30
enlaces con páginas de psiquiatría, en unas semanas del otoño de 1999 vean y
sorpréndanse en www.psiquired.blogspot.com
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